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El proceso es lento, pero poco a poco las temperaturas van subiendo y los meses de nieve van quedando atrás. Pronto, los abrigos y las botas de nieve serán apenas un bulto en el armario, no tu uniforme diario, y la primavera, aunque tardía, la primavera se asomará con mucho sol, flores y estornudos para los alérgicos.
Y es que cuando la nieve y el invierno se van, dejan muchas huellas y tu auto es el “que más convive” con la diversidad del clima y las consecuencias de este contacto directo. Por eso, lo más recomendable es hacer un buen mantenimiento al comienzo de la primavera, al igual que que hacemos en nuestra casa, y deshacernos desde ya de cualquier elemento que pueda ser perjudicial para la carrocería del auto y confirmar que todos los elementos están en perfectas condiciones para ser utilizados.
El mantenimiento de primavera de tu vehículo es una buena forma de recordarte cada año que debes darle a tu auto ese pequeño cuidado extra que necesita. También es ideal para preparar tu auto para viajes largos en verano o incluso para un posible cambio de auto.
La nieve, el barro, la sal y las bajas temperaturas pueden afectar a la apariencia de tu auto, pero también pueden afectar al funcionamiento del motor y a otros elementos críticos para una conducción segura.
Sigue las instrucciones paso a paso y prepara tu auto para enfrentar cualquier situación:
Las carreteras en invierno suelen estar cubiertas de sal y otros productos químicos que pueden provocar corrosión en las piezas metálicas de tu auto.
No te olvides de la parte inferior del auto
Mientras tienes a mano la cubeta o tobo, el jabón y la esponja, deberías darle una buena limpieza al chasis del auto. La acumulación de suciedad y sal de la carretera también puede ser dañina allí.
Limpia también el interior del auto
Ahora que los asientos traseros y el maletero están casi vacíos, te recomendamos que limpies todos los elementos que puedas. Aspira los asientos y el suelo, lava las ventanas traseras y quita el polvo del tablero. También te sugerimos que utilices un pincel para quitar el polvo de las salidas de aire.
Cuando el auto ya está limpiecito, es más fácil revisar la pintura. Busca rayaduras, desconchones o golpes. Por pequeños que sean, este tipo de daños pueden ser muy dañinos a largo plazo y suponer una pérdida mayor si tardan en solucionarse.
Los daños de este tipo pueden parecer pequeños, pero pueden perjudicar a la hora de hacer un reclamo (claim) o al revender.
El clima del invierno deja huecos que pueden dañar los neumáticos, las ruedas y las piezas de la suspensión o desalinear el vehículo. Busca ruedas deformadas e inspecciona los neumáticos en busca de rajaduras, burbujas o protuberancias.
Los neumáticos pierden de 1 a 2 libras de presión de aire por cada 10 grados de caída de la temperatura exterior, lo que puede provocar una disminución de la eficiencia del combustible y una mala maniobrabilidad. Calíbralos según las instrucciones del manual, sin olvidar la rueda de repuesto.
Mantente alerta ante cualquier signo de desalineamiento y, si es necesario, acude a un experto.
Busca debajo del capó residuos no deseados que puedan hacer que el auto funcione más lento. La presencia de bellotas, agujas de pino, sal de la carretera y hojas podridas crujientes pueden impedir que las juntas de goma, los orificios de drenaje, las rejillas de ventilación y el motor funcionen de forma óptima.
Después, da una vueltita con el auto. Asegúrate de que el motor gira suavemente con el motor al mínimo (al ralentí) y de que la luz de control del motor (CEL) está apagada. Con el motor apagado, inspecciona los cables de las bujías de encendido y la tapa del distribuidor en busca de daños o grietas. La sustitución de las bujías de encendido, los cables de las bujías y la tapa (y el rotor) del distribuidor son tareas que puedes realizar tú mismo.
La primavera es el momento perfecto para sustituir todos los filtros de tu vehículo. Además del filtro de aceite, sustituye el filtro de combustible, el filtro de aire, el filtro de aire de la cabina y la válvula PCV. Se trata de tareas de mantenimiento “hazlo tú mismo” (DIY – Do It Yourself) básicas y económicas.
La falta de uso y las bajas temperaturas del invierno son la combinación perfecta para los problemas de batería. Revisa si la caja de la batería presenta fugas, grietas, acumulación de suciedad y desgaste, y comprueba también el estado de los cables y bornes de la batería.
Asegúrate también de que la batería está bien fijada en su sitio. Limpia la caja de la batería y cualquier corrosión en los terminales.
Aunque no hayas conducido mucho este invierno, siempre es una buena idea cambiar el aceite y el filtro de aceite, este cambio después de un invierno muy frío puede alargar la vida del motor en miles de kilómetros.
Revisa el color y la sensación de todos los fluidos o líquidos, incluyendo:
Si eres capaz de comprobarlos tú mismo, recuerda revisar el color, la pureza y la viscosidad adecuada. Si están limpios y transparentes, basta con rellenarlos. Si están sucios o presentan algún cambio de color, lava el recipiente y rellénalo con líquidos nuevos. Si lo prefieres, llévalo a un mecánico de confianza para que lo revise.
Utiliza el manual del propietario para determinar los tipos de fluidos o líquidos correctos para tu vehículo. Pídele a tu mecánico que compruebe los líquidos de la caja de transferencia y del diferencial.
El frío también puede dañar los componentes de goma de tu auto, especialmente las correas y las mangueras. Revisa las mangueras en busca de grietas, cristalizaciones o desgaste, apretando una a una para ver si hay algún punto suave o blando. Inspecciona las mangueras del refrigerante en busca de resequedad o fugas.
Nota: Busca suciedad o acumulación de residuos o cables masticados bajo el capó. Un compartimento del motor caliente puede haber sido un buen lugar para que un animal pequeño haya hibernado en él.
Conducir en invierno puede hacer que la sal y otros residuos se acumulen en los frenos, lo que puede provocar una disminución de la potencia de frenado. Si es necesario, lleva los frenos a revisar y limpiar.
El barro, las sales de la carretera y los productos químicos que derriten el hielo utilizados en las carreteras pueden hacer que los discos de freno se oxiden, se corroan, se atasquen o se estropeen definitivamente. Los frenos atascados pueden provocar un sobrecalentamiento y una frenada inadecuada.
El clima de invierno puede ser agresivo para los limpiaparabrisas. Utilizar los limpiaparabrisas para limpiar montones de nieve puede doblarlos y deformarlos. Comprueba que están en buen estado y sustitúyelos si es necesario.
Asegúrate de que todas las luces estén funcionando correctamente y sustituye los bombillos que no lo estén. Pon una gota de grasa en los contactos del bombillo nuevo para evitar la oxidación. Limpia bien los faros y sus lentes. Si los faros están empañados o descoloridos, límpialos con un cepillo de dientes con una pasta de bicarbonato de sodio y agua. O prueba con un conjunto de restauración de faros.
La primavera es la principal temporada de alergias, y el filtro de ventilación puede contribuir o salvarte, dependiendo del buen estado en que se mantenga. El filtro puede evitar que se acumulen alérgenos en tu auto, pero si hace tiempo que no lo cambias, podrías estar respirando polen, suciedad, moho y más polvo del necesario cada vez que te subes a tu auto.
La lista anterior es una guía para que puedas revisar el auto por tu cuenta o para que sepas a qué puntos prestar atención cuando tengas que lidiar con el mecánico. De cualquier forma, por más capaz que seas de cuidar tu auto, hay pruebas y ajustes que solo equipos, herramientas y profesionales especializados pueden hacer.
No te olvides de mantener una rutina de revisión mecánica, de acuerdo con lo que indica el manual de tu auto. Programar una inspección debería encabezar tu lista de tareas pendientes para el cuidado del auto en primavera.
Por ser obligatorio y extremadamente habitual, algunas personas no prestan suficiente atención a la revisión de su seguro y acaban limitándose a renovar la póliza, sin revisar las coberturas. El seguro de auto, así como cualquier otro seguro, debe revisarse periódicamente, dependiendo de la situación, incluso más de una vez al año.
Las coberturas más adecuadas y los límites que se ajustan a tu realidad pueden verse afectados por situaciones tan diversas que lo ideal es confirmar que todo lo que esperas está realmente protegido, de la forma que consideres seguro.
Así que, ya que estamos haciendo una lista del mantenimiento que hay que hacerse anualmente, ¡Te dejamos este valiosísimo consejo! Puede parecer tendencioso por nuestra parte, pero mantener el hábito de revisar el seguro puede ayudarte a ahorrar mucho durante el año y sobre todo en situaciones de siniestro.
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Llevando a cabo estas tareas de mantenimiento, puede ayudar a garantizar que tu auto esté en las mejores condiciones después del invierno y listo para los meses más calurosos que se avecinan.
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